Una gata residente muerde el cuello de sus nuevos gatitos
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Amy Shojai, CABC, es una experta en comportamiento animal y escritora galardonada con más de 25 años de experiencia práctica en el adiestramiento y cuidado de perros y gatos. Ha escrito 27 libros sobre el cuidado de los animales, ha sido nombrada Escritora del Año de CWA Friskies y ha aparecido en Animal Planet como experta en mascotas.
La Dra. Lauren Smith, DVM, es una reputada veterinaria y escritora especializada en pequeños animales con más de una década de experiencia centrada en la atención urgente de mascotas y cinco años de experiencia en la redacción de contenidos veterinarios. Fundó The Vetitude, un sitio web para profesionales veterinarios. La Dra. Smith forma parte de la Junta de Revisión Veterinaria de The Spruce Pets.
Los gatitos pueden ser agresivos por miedo o por juego, aunque ambos comportamientos pueden parecer idénticos. Puede que tengas la sensación de que tu gatito intenta atacarte, saltando hacia ti desde detrás del sofá, arañándote las manos o mordiéndote los zapatos al azar. Es poco probable que un arañazo o un mordisco de un gato doméstico sea mortal, pero estas heridas pueden ser dolorosas y correr el riesgo de infección. Hay formas de abordar el comportamiento agresivo de un gatito, la mayoría de las cuales no requieren más que un poco de atención extra por parte de su dueño.
Cuando los gatos atacan a los humanos
Hay muchas razones diferentes por las que los gatos pueden mostrarse agresivos hacia su dueño o hacia otras personas. Para poder controlar con éxito este comportamiento, es esencial averiguar cuál es la causa subyacente o el desencadenante. Para ello, le recomendamos encarecidamente que consulte a un veterinario especialista en comportamiento cualificado (su veterinario local puede recomendarle uno). Un veterinario especialista en comportamiento le hará muchas preguntas y también puede visitarle en su casa para observar al gato en su propio entorno y sus interacciones con usted y cualquier otro miembro de la familia.
Las enfermedades pueden provocar agresividad, por lo que es importante descartar cualquier causa médica subyacente antes de abordar las causas conductuales de la agresividad. Por ejemplo, las enfermedades neurológicas, las hepáticas, las que provocan dolor (como la artritis) y los desequilibrios hormonales pueden causar agresividad.
En la agresividad inducida por caricias, el gato no se acercará a una persona con intención agresiva y, por lo general, no evitará activamente a las personas, como hace el gato “agresivo por miedo”. En cambio, cuando el gato recibe caricias, llega a un punto en el que parece que ya no disfruta de la interacción y quiere que se detenga; es entonces cuando el gato empezará a mostrar agresividad. Cada gato es diferente, y cada uno tendrá un umbral distinto en el que ya no tolera las caricias; esto dependerá de quién inició la interacción (gato o humano), la intensidad y la naturaleza de la interacción (presión, velocidad, área de contacto físico) y la cantidad de tiempo que han continuado las caricias. Normalmente, la agresión se produce antes y es más intensa si la persona ha iniciado las caricias (por ejemplo, levantando al gato y poniéndolo en el regazo de la persona) que si el gato ha iniciado la interacción. Sin embargo, la agresión inducida por las caricias puede producirse en ambas situaciones.
Ataque de un gato a un gatito
¿Pueden los gatos macho reconocer a sus propios gatitos? Lo más probable es que no, ya que en las colonias salvajes los gatos se reproducen repetidamente y pueden acabar teniendo una camada de más de un padre. Esto puede dificultar que los gatos machos reconozcan a sus gatitos, pero algunos pueden reconocer a sus crías a través del olor.
Por supuesto, en el mundo felino hay todo tipo de excepciones, y si quieres saber más sobre si los tomcats son buenos padres y cómo interactúan con sus gatitos, ¡estás en el lugar adecuado!
Los gatitos nacen en diferentes circunstancias que pueden afectar a la forma en que los gatos macho ven a sus propias crías. Los gatos callejeros o asilvestrados, tanto machos como hembras, por ejemplo, experimentan diferentes dinámicas de poder entre ellos, y cada colonia felina no es idéntica a otra. Existe la idea errónea de que los gatos son antisociales, pero los gatos salvajes o callejeros son capaces de crear grupos sociales.
Estas colonias están formadas principalmente por reinas (gatas) y sus gatitos. De forma parecida a la manada de un león, los tomcats se preocupan más por su territorio, que marcan con su orina. Debra Horwitz, DVM, explica que “los gatos marcarán su territorio para señalar “propiedad” y para anunciar receptividad sexual y disponibilidad”.
Gato residente atacando a gato nuevo
Presentar un nuevo gato o gatito al gato o perro que vive con usted puede ser muy angustioso. Uno quiere que todos se lleven bien y acojan al nuevo felino en casa, pero esto no suele ocurrir tan fácilmente, aunque el motivo de tener otro gato sea hacer compañía al gato residente. Puede que no se apresure a dar la bienvenida al recién llegado con las patas abiertas. Unas presentaciones cuidadosas pueden ayudar a allanar el camino hacia una fusión armoniosa de los animales: controlar la situación en lugar de dejar que los animales se las arreglen por sí mismos dará muchas más posibilidades de un encuentro sin problemas y del mejor comienzo posible juntos.
Recuerde que los gatos no necesitan ser criaturas sociales; a diferencia de los perros de manada, funcionan felizmente por su cuenta sin una estructura social a su alrededor. Es poco probable que sientan la “necesidad” de tener un compañero, aunque a usted le gustaría tener otro gato cerca. No se puede obligar a los gatos a que se caigan bien -algunos convivirán fácilmente con un recién llegado, otros nunca se llevarán bien o puede que sólo consigan convivir en una tregua incómoda-, sólo se puede intentar. Sin embargo, si no hay competencia por la comida o por un lugar seguro para dormir (como en la mayoría de los buenos hogares), los gatos acabarán por aceptarse mutuamente y algunos incluso parecerán establecer estrechos vínculos entre sí. Aunque que los gatos se lleven bien puede ser una cuestión de elección felina, la forma de introducir un nuevo gato o gatito en su hogar y a uno o varios gatos residentes puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso. Una vez que la relación se vuelve violenta o muy temerosa y el gato se siente amenazado, puede ser muy difícil cambiar los patrones de comportamiento. Por lo tanto, es vital realizar introducciones cuidadosas que eviten reacciones excesivas y tomarse las cosas con calma. He aquí algunos factores que intervienen en el éxito de la convivencia entre gatos: