“nas miñas mans” do ceip ramón cabanillas de
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Hay un lugar al que acuden personas de todo el mundo en busca de respuestas a las preguntas de la vida. Ya sea porque sufren una pérdida, porque esperan encontrar una dirección o porque se encuentran en una encrucijada de la vida, miles de personas participan cada año en una antigua tradición de caminar hasta la catedral de Santiago de Compostela, donde, según la leyenda, se enterraron los restos de Santiago tras ser martirizado por decapitación en el año 44. Durante siglos, los peregrinos han caminado por la docena de senderos que siguen las antiguas rutas comerciales romanas que conducen a la costa atlántica de Galicia y terminan en el Cabo Finisterre, el punto más occidental de España. Recorrí el último tramo de 100 millas de este camino de peregrinación con mi bebé de 7 meses a cuestas para responder a mi propia pregunta: Ahora que tengo una hija, ¿mis mayores aventuras pertenecen al pasado, o están aún por llegar? Pero la respuesta no me esperaba dentro de la catedral, la respuesta era el propio viaje.
En mis votos matrimoniales, incluí la promesa a mi mujer, Erin, de que “la seguiría hasta el fin del mundo”, porque, en los últimos 18 años, nuestra relación ha girado en torno a viajar juntos. La primera vez que viajamos juntos al extranjero fue cuando éramos novios en la universidad y el atractivo de los lugares lejanos no ha hecho más que crecer con el tiempo. Llevamos cinco años viviendo en Europa como expatriados estadounidenses, y hemos tomado la decisión consciente de sacrificar un tiempo inestimable con los amigos y la familia en aras de crear recuerdos de viaje inolvidables.
Café Casino – Santiago de Compostela
El trato es exquisito tanto de Paula como de Sesa y ahora también de Maira. Te hacen sentir muy bien y si algo no te conviene no intentan vendértelo, siempre quieren que te sientas seguro de tu compra.
El trato es exquisito tanto de Paula como de Sesa y ahora también de Maira. Te hacen sentir muy bien y si algo no te favorece no intentan vendértelo, siempre buscan que te sientas segura de tu compra.
Por otro lado, había entregado un reloj meses antes para colocar un eslabón en la correa, y estaba mal montado. Como era un servicio gratuito, decidí no reclamar nada, pero cuando recogí el mechero, aproveché para solicitar que lo volvieran a colocar correctamente. Después de hacerlo, de nuevo gratis (cosa que agradezco), la misma empleada me pregunta dónde lo había llevado inicialmente ya que el mecánico tenía mucho trabajo. Cuando le digo que estaba allí, me responde que “nuestro mecánico no hace esas chapuzas”. Pues siento decirte que si tu mecánico es el mismo que hace unos meses, sí, hace esas chapuzas.
MUSE – plug in baby @ SANTIAGO DE COMPOSTELA 2004
Hoy tenemos con nosotros a Kristin y Rob DeCaue. Caminaron en el otoño de 2017, las 500 millas del Camino Francés con su hijo de entonces 1 año de edad, Hudson. En 2019, con la madre de Kristin (la abuela Holly) y sus dos hijos, Hudson (3) y Kalea (1) caminaron en familia 150 millas de la ruta portuguesa del Camino desde Oporto, Portugal a Santiago de Compostela, España. El Camino ha sido una de las experiencias más definitorias para su familia, y a partir de 2020, su intención es volver cada dos años para recorrer una nueva ruta o volver a visitar una favorita.
Muchas gracias a todos por caminar con nosotros un día más.Muchas gracias por vuestras valoraciones, vuestros likes y vuestros comentarios en todas las plataformas donde está disponible el podcast. (Itunes, Ivoox, Youtube, Spotify). Podéis dejar vuestros comentarios sobre el episodio en la sección de comentarios de la página de notas del programa.
Me encantaría invitar a cualquiera de vosotros que esté interesado en ser entrevistado para el podcast a utilizar este formulario de contacto y contarnos un poco sobre vosotros. Nos pondremos en contacto con usted en breve para concertar una hora que se ajuste a ambos para la grabación.
“a andoriña trina” do ceip apóstolo santiago de
La historia del Camino de Stella comenzó antes de que ella naciera. Lleva el nombre de Santiago de Compostela por el amor de su familia al Camino de Santiago. Incluso cuando esperábamos su llegada a este mundo, soñábamos con llevarla al Camino con nosotros. Finalmente, cuando cumplió seis meses, llegamos a Caminha, Portugal, en noviembre, para iniciar nuestro Camino costero con nuestra bebé.
Tuvimos la suerte de que el ferry de Caminha cruzara el caudaloso río Miño hasta la ciudad española de A Guarda. El momento de la llegada del ferry habría sido perfecto para caminar un par de kilómetros hasta el pueblo justo antes de la puesta de sol, tomar una cena de marisco en el puerto deportivo y disfrutar de un poco de descanso antes de empezar temprano a la mañana siguiente nuestro primer día de caminata tan esperado. Todo eso habría ocurrido si no hubiéramos notado unos molestos cristales rotos en el suelo poco después de desembarcar del ferry.
El cochecito se inclinó un poco hacia un lado con una rueda completamente pinchada. Nuestro hábil papá no se preocupó y sacó el kit de parcheo de neumáticos con la intención de salvar la situación. Pues bien, con un bebé hambriento en una acera estrecha y el sol poniente, las cosas no fueron tan rápidas como esperábamos. El neumático no se podía reparar y la cámara de repuesto estaba a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, dejada en casa en un intento de reducir el peso de la mochila. Mucho después de la puesta de sol, llegamos a nuestro encantador e histórico hotel con la pequeña Stella en brazos. Todavía había tiempo para una cena tardía junto al puerto mientras Stella veía el fútbol con todos en la televisión que había sobre el bar y aplaudía.