Un niño de 1 año no quiere comer
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Es evidente que un bebé alimentado con biberón no toma la cantidad de leche esperada. Pero, ¿significa esto que no bebe lo suficiente? Puede que sí. Puede que no. Este artículo explica cómo saber si tu bebé está mal alimentado y las distintas razones por las que no toma suficiente leche.
El hecho de que un bebé no coma tanto o no aumente tanto como se esperaba no es prueba de que no esté comiendo lo suficiente. Puede ser que se hayan sobrestimado sus necesidades de leche o que las expectativas sobre su crecimiento sean poco realistas dadas sus circunstancias.
El crecimiento no es un indicador fiable del estado nutricional actual del bebé. El crecimiento previo de un bebé puede ser deficiente, pero el problema que lo ha provocado puede estar resuelto. Así, aunque un bebé tenga un peso inferior al normal, podría estar bien alimentado en la actualidad. O puede que el crecimiento del bebé se perciba como deficiente cuando en realidad no lo es. Hay varias razones por las que el aumento de peso de un bebé próspero puede parecer escaso. (Ver Falsas alarmas de crecimiento y Variaciones del crecimiento normal).
La aversión a la alimentación es una de las razones más comunes por las que los bebés y niños físicamente sanos rechazan el biberón, el pecho o los sólidos y consumen menos de lo que necesitan. Una aversión a la alimentación no resuelta puede causar un crecimiento deficiente
¿Por qué mi bebé come menos de repente?
En los dos o tres primeros meses de vida, la mayoría de los bebés crecen deprisa y comen más. Cuando termina el estirón, la cantidad de nutrientes que necesita el bebé se reduce, por lo que su apetito puede disminuir en consecuencia. Se trata de un fenómeno normal.
¿Por qué mi hijo de 1 mes toma menos leche?
Motivos por los que un bebé no bebe lo suficiente
El bebé está demasiado cansado para alimentarse eficazmente. El bebé tiene poco apetito. El bebé no puede acceder eficazmente al alimento (algo le dificulta beber lo suficiente). El bebé tiene problemas para succionar.
El bebé de 4 meses come menos leche artificial
Un cambio de comportamiento puede ser uno de los primeros signos de enfermedad en un recién nacido. Es normal que la actividad, el apetito y los llantos del bebé varíen de un día para otro, incluso de una hora para otra. Pero un cambio evidente en cualquiera de estos aspectos puede ser señal de enfermedad.
Por lo general, si su bebé está despierto y activo, se alimenta bien y se le puede consolar cuando llora, las diferencias ocasionales en estos aspectos son normales. Consulte al pediatra si le preocupa el comportamiento de su bebé. Algunos cambios pueden significar la presencia de una enfermedad.
Los bebés letárgicos o apáticos parecen tener poca o ninguna energía. Están somnolientos o perezosos. También pueden dormir más de lo habitual. Puede ser difícil despertarlos para darles de comer e, incluso cuando están despiertos, no están alerta ni atentos a los sonidos ni a las señales visuales. A veces, esto puede desarrollarse lentamente y los padres pueden no notar el cambio gradual. El letargo puede ser un signo de infección u otra afección, como una bajada de azúcar (glucosa en sangre). Pregunte al pediatra si su bebé se vuelve letárgico o presenta un cambio en su nivel de actividad.
Ritmo de crecimiento del bebé
Aunque es normal preocuparse, los cambios en los patrones de alimentación suelen tener un motivo, como comer más o menos o rechazar el pecho. Aunque no siempre puedes saber exactamente por qué tu bebé cambia sus pautas de alimentación, puedes tener en cuenta algunas de las razones y estrategias que se exponen a continuación.
Alimentarse con más frecuencia casi siempre está relacionado con el aumento normal del apetito del bebé. Si le das el pecho, cuanto más se alimente, más leche producirás. Un bebé que mama con más frecuencia es su forma de asegurarse de que produces más leche (Daly y Hartmann, 1995).
En los primeros días, hay muchas razones por las que los bebés pasan más tiempo al pecho de lo que sus padres podrían haber imaginado. En primer lugar, porque los recién nacidos están acostumbrados a estar cerca de su madre cuando están en el vientre materno y reconocen muchos de sus ritmos cuando están cerca de ella, en contacto piel con piel o siendo amamantados. Este comportamiento es innato y satisface la necesidad del bebé de contacto, seguridad, vinculación y apego, así como la necesidad de ser alimentado.
Bebé más cansado de lo normal
Durante los 3 primeros meses de vida, la leche materna o artificial le proporcionará toda la nutrición que necesita. Los médicos recomiendan esperar hasta que el bebé tenga unos 6 meses para empezar a darle alimentos sólidos. Algunos bebés pueden estar listos para tomar alimentos sólidos antes de los 6 meses, pero hay que esperar a que tenga al menos 4 meses.
Las siguientes son pautas generales, y tu bebé puede tener más o menos hambre que éstas. Por eso es importante que prestes atención a sus señales de hambre o saciedad. Un bebé que está saciado puede reducir el ritmo, dejar de mamar o rechazar el pecho o el biberón.
Unas semanas después de nacer, los bebés amamantados tienden a hacer menos deposiciones que antes. Alrededor de los 2 meses de edad, es posible que el bebé no haga caca después de cada toma, o incluso todos los días. Durante los estirones, es posible que notes que tu pequeño quiere comer más a menudo. Este amamantamiento frecuente envía una señal para que produzca más leche. En un par de días, la oferta y la demanda se equilibrarán.
Es fácil sobrealimentar al bebé con biberón, porque es más fácil beber del biberón que del pecho. Asegúrate de que el orificio de la tetina del biberón es del tamaño adecuado. El líquido debe gotear lentamente por el orificio y no derramarse. Además, resiste el impulso de acabarte el biberón cuando tu bebé dé señales de estar lleno.