¿El chupete ayuda a dormir al bebé?
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Los chupetes pueden parecer a veces herramientas esenciales para calmar a los bebés. Los bebés se calman chupando; la succión no sólo les proporciona nutrientes, sino también consuelo. Es, por tanto, una de las actividades más placenteras que realiza un bebé. Llevarse cosas a la boca es una habilidad innata con la que nacen los bebés: a los pocos minutos de nacer, la mayoría de los bebés son capaces de agarrarse a mamá y mamar, y más tarde hacen uso de su capacidad para llevarse cualquier cosa a la boca. Chupar es como un acto reflejo para los bebés; algunos, cuando no se alimentan, se chupan los dedos o la boca, y los ultrasonidos han demostrado que también lo hacen en el útero. Debido al efecto reconfortante que tiene la succión en un niño, los chupetes son esenciales sobre todo cuando el niño quiere succionar, pero no comer.
Por supuesto, los chupetes no sustituyen a la alimentación, pero resultan satisfactorios sobre todo cuando el bebé está inquieto, necesita dormirse o no está cómodo o necesita una distracción temporal. El uso del chupete tiene muchas ventajas, y una de las más destacadas es que reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Chupete para recién nacido
El bebé tiene un fuerte reflejo de succión y puede calmarse si se le ofrece un chupete. Si un bebé sigue llorando, aumenta la succión de aire hacia el estómago, lo que puede provocar gases dolorosos y cólicos que provoquen más llanto.
¿Por qué? No lo sabemos con certeza, pero algunos expertos creen que la succión estimula el centro respiratorio del cerebro, mientras que otros piensan que el propio chupete ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias. En cualquier caso, las pruebas son lo bastante sólidas como para que la Academia Americana de Pediatría sugiera ahora que es protector utilizar el chupete cuando se duerme a un bebé durante el primer año de vida, pero que no debe reinsertarse una vez dormido. Si está amamantando, puede esperar a que la lactancia esté bien establecida antes de introducir el chupete.
El mejor chupete para bebés con gases
Cuando hablo por primera vez con los padres que preguntan por mis servicios, les hago la pregunta: ¿usan chupete? La respuesta suele ser un tímido “sí”, seguido de un “pero” y una justificación de su uso. Entonces oigo un leve suspiro de alivio, y a veces de sorpresa, cuando les digo que en realidad defiendo el uso del chupete cuando se enseña a los padres a utilizarlo de forma beneficiosa.
Antes no lo hacía. Como muchos, los chupetes me parecían repugnantes y pensaba que no eran más que un instrumento que nos impedía responder plenamente a un bebé. Luego trabajé con una familia que quería usarlos y cambié completamente de opinión. Los gemelos estaban más contentos, más tranquilos y la familia no estaba tan cansada de andar continuamente para calmarlos. Esto me inició en un viaje de exploración. Empecé a observar a recién nacidos con chupete, jugando con ellos para ver qué funcionaba mejor para el bebé, y así aprendí sus diferentes señales de succión. Al mismo tiempo, investigué sobre la digestión de los recién nacidos y, poco a poco, mi disgusto se convirtió en aceptación. A la certeza absoluta de que, al ofrecer un chupete, estaba respondiendo plenamente a las necesidades emocionales y biológicas naturales del recién nacido.
Cuáles son los efectos secundarios del chupete
Como madre primeriza, una de las cosas que más me sorprendió de mis bebés fueron sus gases. Mis dulces querubines sonaban y gruñían y tenían muchos gases. A veces, era difícil no reírse. ¿Cómo puede un bebé tan pequeño hacer tanto ruido? La verdad es que los bebés expulsan gases entre 13 y 21 veces al día, así que es totalmente normal.
Pueden alimentarse en una posición incómoda, comer demasiado rápido, comer demasiado, ingerir demasiada lactosa (presente en la leche materna), tragar aire del biberón o tener una ligera intolerancia a las proteínas de la leche materna. Recuerda que el aparato digestivo de tu bebé también se está desarrollando. Sus intestinos siguen formando la microflora que necesita para digerir eficazmente los alimentos, incluso después de nacer.
Cuando sepas qué buscar, no te resultará difícil saber si tiene molestias debidas a los gases. Los bebés hacen cosas involuntarias, como gruñir o hacer fuerza. A veces gritan o aprietan el cuerpo. Si tu bebé está contento un minuto y llora al siguiente -sin motivo aparente-, podría tratarse de dolor por gases.