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Monika Goyal, M.D., MSCE, es especialista en medicina de urgencias pediátricas y jefa asociada, directora de asuntos académicos e investigación en la división de medicina de urgencias del Hospital Nacional Infantil y profesora asociada de pediatría y medicina de urgencias de la Universidad George Washington en Washington, D.C.
Una nariz taponada puede ser sinónimo de un bebé irritable. La congestión leve no es preocupante, ya que suele estar causada por alergias, aire seco o infecciones víricas como el resfriado común. Pero los bebés no pueden eliminar la mucosidad por sí solos, así que tendrás que ayudarles. Sigue leyendo para saber cómo ayudar a un bebé con la nariz taponada, desde remedios caseros hasta aerosoles nasales salinos.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los bebés no pueden tomar descongestionantes hasta los 4 años porque pueden tener efectos secundarios potencialmente mortales. Sin embargo, “se puede despejar suavemente la nariz del recién nacido con suero fisiológico y una pera de goma”, dice el Dr. Michael Rothschild, director de otorrinolaringología pediátrica del Hospital Mt. Sinai de Nueva York. La solución salina es el único aerosol nasal seguro para bebés, lactantes y niños pequeños.
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Uno de los ritos de iniciación a la paternidad es limpiar la nariz del bebé por primera vez. Puede dar miedo y a menudo hay que llorar. Pero no te preocupes, será más fácil. Esperamos que estos remedios caseros y naturales te ayuden a que la experiencia sea menos estresante y a despejar la nariz de tu bebé como una profesional.
Aparte de los signos evidentes de resfriado o infección, si tu bebé resopla, respira ruidosamente, tiene dificultades para alimentarse o está muy irritable, podría deberse a que tiene la nariz taponada. Otra señal de que tu bebé está congestionado es que respire por la boca.
Si tu bebé está muy congestionado y tiene problemas para respirar, puede ser un poco preocupante, sobre todo a la hora de dormir y comer. A continuación te indicamos algunas formas naturales de ayudar a despejar la nariz de tu bebé para que ambos os sintáis aliviados.
Intenta inclinar la cabeza del bebé hacia atrás y rociarle o echarle un par de gotas dentro de la nariz. A continuación, colócalo boca abajo o de lado para que drene la mucosidad. Ten a mano un pañuelo suave para limpiarle la nariz.
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En esta época del año, parece que todo el mundo tiene al menos mocos. Muchos niños tienen secreciones nasales, pero el síntoma que seguro que hace que las mamás llamen a la consulta del pediatra es la primera vez que ven “mocos verdes”. Esta percepción de los padres de que los mocos verdes deben significar el comienzo de una “infección sinusal” y automáticamente requieren antibióticos es bastante frecuente.
Aunque la secreción nasal amarilla, verde o marrón puede ser un signo de infección de las vías respiratorias altas, en la gran mayoría de los casos la infección está causada por un virus del resfriado común y mejorará por sí sola en un plazo de siete a diez días.
Después de que su hijo se suene la nariz, el contenido del pañuelo puede mostrar que el moco es transparente, amarillo, verde o tiene un tinte rojizo o marrón. ¿Qué significan esos colores? Es posible que hayas oído que los mocos amarillos o verdes son una clara señal de que tienes una infección, pero a pesar de esa idea equivocada tan común, ¡el tono amarillo o verde no se debe a las bacterias!
Cuando estás resfriado, tu sistema inmunitario envía a toda prisa a la zona unos glóbulos blancos llamados neutrófilos. Estas células contienen una enzima de color verdoso y, en grandes cantidades, pueden volver la mucosidad del mismo color. Conclusión: incluso un resfriado vírico puede manifestarse con mucosidad nasal de color verde. Por tanto, el color amarillo o verde no procede de las bacterias ni garantiza que los antibióticos ayuden a eliminar la mucosidad.
Mocos en la nariz del recién nacido
Cuando tienes un bebé, hay muchos sonidos que no te cansas de escuchar, como esos adorables chillidos, arrullos y gruñidos. Pero si tu bebé tiene la nariz taponada y parece que le cuesta respirar, hasta el padre más experimentado puede preocuparse.
Una forma de añadir humedad es con un humidificador. Coloca un humidificador de vapor frío en la habitación del bebé, cerca de la cuna, pero fuera de su alcance. Límpialo y sécalo con regularidad para evitar que crezcan bacterias o moho en su interior.
“A veces es difícil saber si un recién nacido está enfermo”, dice el Dr. Danan. “Un simple resfriado puede convertirse en algo más grave, como crup o neumonía. Si a tu bebé le cuesta respirar o parece que respira con rapidez, ponte en contacto con tu pediatra enseguida.”