Causas de chuparse el dedo
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¿Alguna vez su hijo se ha chupado el dedo de forma agresiva sin motivo aparente? ¿O es usted el padre de un niño que se chupa el dedo sin darse cuenta? Tal vez se pregunte si es seguro e higiénico que los bebés se chupen el dedo y cómo hacer que abandonen este hábito. A continuación te explicamos por qué hacen lo que hacen y cómo puedes ayudarles a abandonar este hábito.
Puede haber muchas razones para que un bebé se chupe el dedo. Desde ahuyentar el aburrimiento hasta mantener a raya la ansiedad, ayuda al niño a desenvolverse en su entorno. Aunque muchos padres lo desprecian, en realidad es un acto de madurez emocional. Es una señal de que el niño está afirmando su independencia. En lugar de llorar o buscarte, ha utilizado sus propios recursos para adaptarse a su entorno.
Durante la infancia, chuparse el dedo no es un problema. De hecho, te da a ti como padre suficiente respiro para dedicarte a otras actividades. Existen algunos conceptos erróneos, como la creencia de que chuparse el dedo puede causar discapacidades del habla. Esto no es más que una afirmación infundada sin ningún dato que la demuestre.
Beneficios de chuparse el dedo
Tu pequeño viene precargado con ciertos reflejos -un software incorporado, por así decirlo- que le ayudan a hacer cosas complejas, y una de esas cosas es la capacidad de succionar: Chupar el pecho, el biberón, el chupete y, sí, el pulgar. Los bebés nacieron para succionar. De hecho, ya chupaban antes de conoceros. (Este hábito natural no sólo es importante para, ya sabes, comer, sino que también estimula las endorfinas del bienestar en el cerebro del bebé y trabaja con el resto de las 5 S para desencadenar el reflejo de calma. Todas cosas buenas.
Primero, respira hondo. Prácticamente no hay adultos que se chupen el dedo vagando por la Tierra. Además, es totalmente normal (y muy reconfortante) que los niños pequeños sigan queriendo chuparse el dedo. Y según la Asociación Dental Americana (ADA), la mayoría de los niños dejan de chuparse el dedo por sí solos entre los 2 y los 4 años. ¿Significa eso que no tienes que intervenir si tu hijo se chupa mucho el dedo? Por desgracia, no.
Cómo hacer que el bebé deje de chuparse el dedo
Chuparse el dedo es muy frecuente y forma parte normal del desarrollo. “Si persiste más allá de la etapa de la lactancia y el biberón, puede convertirse en un comportamiento aprendido”, dice el Dr. Indacochea. “Los niños se chupan el dedo para autocalmarse, del mismo modo que usan un chupete o sujetan una manta o un peluche”.
Si tu hijo sigue chupándose el dedo en la escuela primaria, podría tener problemas dentales cuando le salgan los dientes permanentes. Por ejemplo, un espacio entre los dientes de arriba y los de abajo, una mordida cruzada o una sobremordida. Los riesgos médicos son raros, pero chuparse el dedo puede provocar infecciones o deformidades en los dedos.
“Como padre, comprendo la frustración que producen ciertos comportamientos infantiles aprendidos. Pueden ser estresantes en el momento”, dice el Dr. Indacochea. “Como pediatra, entiendo las implicaciones a largo plazo de estos comportamientos. Cuando se trata de chuparse el dedo, tranquilizo a los padres diciéndoles que mejorará por sí solo. Es extremadamente raro que alguno de mis pacientes de 5 ó 6 años siga chupándose el dedo.”
Bebé que se chupa el dedo
Muchos bebés y niños pequeños se calman chupándose el dedo. Aunque la mayoría de los niños dejan de hacerlo por sí solos entre los 3 y los 6 años, algunos continúan haciéndolo después de los 4 ó 5 años. Chuparse el dedo de forma prolongada puede provocar graves problemas dentales y del habla. Si le das mucho cariño, le animas y sigues unos sencillos pasos, puedes ayudar a tu hijo a dejar de chuparse el dedo.
Motive a su hijo hablándole de por qué es importante que deje de chuparse el dedo. Explíquele que dejar de chuparse el dedo le ayudará a tener una sonrisa bonita y unos dientes bonitos. Dígale que si sigue haciéndolo, tendrá problemas en el crecimiento de los dientes.
Asegúrese de elegir el momento adecuado para esta conversación. Los niños suelen chuparse el dedo para aliviar el estrés. Elegir un momento sin estrés ayudará al niño a conseguirlo. Además, es probable que el niño deba tener 4 ó 5 años para entender su razonamiento y poder cooperar en este proceso.
A lo largo de este proceso, demuestre empatía y ánimo, y esté disponible para su hijo. Reconozca que se trata de un hábito difícil de abandonar. Si es constante, paciente y positivo, su hijo tendrá más probabilidades de lograrlo. Recuerde que es su hijo quien tiene que abandonar este hábito y que debe estar dispuesto a cooperar. No le obligue a hacerlo.